¿Alguna vez se preguntó cuál es la historia del Parque Nacional del Manu?
En el corazón de la Amazonía, el Parque Nacional del Manu en Perú es un santuario que cuenta con una biodiversidad y una riqueza cultural inigualables, enclavado en lo profundo.
Con una extensión de 1,5 millones de hectáreas, esta zona salvaje tiene una rica historia entrelazada con diversos ecosistemas que abarcan siglos de flujo y reflujo.
El paisaje de Manu, desde las alturas andinas hasta los exuberantes bosques de las tierras bajas, resuena con cuentos antiguos, comunidades indígenas y esfuerzos modernos de conservación.
Explorando las profundidades del tiempo, revelamos historias que dan forma a esta maravilla, cautivando a todos en su exuberante abrazo.
Época Inca y Colonial
En la Reserva de la Biosfera del Manu se encuentran vestigios de culturas antiguas, como los petroglifos de Pusharo, de los que el padre Vicente de Cenytagoya informó en 1921 sobre estos grabados, cuyo origen y significado permanecen sin explicación hasta el día de hoy. Estos grabados descansan en la margen derecha del río Shinkibenia, afluente del río Palotoa.
El pueblo Huachipaeri considera legendaria e imponente la roca Xinkiori, con petroglifos sobre el río Q’eros. De igual forma, se tiene conocimiento de un sitio arqueológico en la zona de Mameria, ubicado en las cabeceras del río Piñi Piñi y el Alto Tono.
La región del Manu tiene una historia marcada por la llegada de forasteros, desde los tiempos del Imperio Inca cuando Pachacútec y Túpac Yupanqui anexaron esta zona a su imperio, hasta la llegada de los españoles.
Los españoles fundaron la ciudad de Paucartambo poco después de invadir Cuzco, estableciendo haciendas y encomiendas en la zona. El rey Carlos III de España ordenó la construcción de un puente en Paucartambo, facilitando el comercio de productos de la región.
Este valle comenzó entonces a abastecer al Cuzco con productos como coca, azúcar, algodón, ají, madera y otros.
En marzo de 1567, el explorador español Juan Álvarez Maldonado, a cargo de la provincia de Mojos, emprendió un viaje de treinta y siete días para la primera expedición desde Paucartambo hasta la actual Pillcopata. En mayo del mismo año, Manuel de Escobar encabezó una segunda expedición que siguió el curso del río Madre de Dios hasta el río Manu.
Era republicana
En 1861, el coronel Faustino Maldonado lideró una nueva expedición desde Paucartambo hasta el río Madre de Dios. Fue en su honor que, 30 años después, el cauchero Carlos Fitzcarrald bautizaría la desembocadura del río Tambopata como Puerto Maldonado, actual capital del departamento de Madre de Dios.
En la selva baja, las poblaciones indígenas se vieron afectadas por las actividades extractivas a finales del siglo XIX. El auge del caucho marcó el inicio de emprendimientos audaces, como el de Fitzcarrald, uno de los recolectores de caucho más famosos de su época. Sin embargo, la zona del Manu fue explotada sólo parcialmente. Las actividades del caucho cesaron en los años veinte cuando el recurso, incapaz de recuperarse de la explotación intensiva y enfrentando la competencia de cultivos prósperos y menos costosos en Asia, comenzó a declinar.
Entre los años cincuenta y sesenta, la construcción del último tramo de la carretera (hoy conocida como Carretera Interoceánica Sur) dio inicio a la tala de cedro y caoba, la creación de haciendas y, posteriormente, a la extracción de pieles finas (de nutria, ocelote y lobo de río). Más recientemente, se desarrolló la exploración petrolera.
La reforma agraria iniciada en 1969 impactó las actividades agrícolas en la región andina durante ese período.
A partir del siglo XX, la presencia religiosa se hizo más significativa. En 1902, los padres dominicos fundaron su primera misión en Asunción. En 1908, fundaron la segunda misión, San Luis del Manu, en la desembocadura del río Manu. Tras abandonarla, se reasentaron en la misión del río Palotoa (en la zona de Pantiacolla), que, devastada por una inundación, se trasladó finalmente a Shintuya en 1958.
La creación del bosque de Manu y la era contemporánea
En 1963 se creó el Bosque Nacional del Manu. Por sugerencia de Flavio Bazán y Paul Pierret, experto de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), en 1965 se propuso crear un parque nacional en la misma zona.
El asesor británico Ian Grimwood afirmó la importancia del lugar en su informe de 1966. En 1968, el área fue designada reserva nacional y, posteriormente, el 29 de mayo de 1973, mediante el Decreto Supremo 0644-73-AG, se estableció el Parque Nacional del Manu.
Su propósito es preservar su patrimonio natural y cultural para beneficio de las generaciones presentes y futuras.
La Reserva de la Biosfera del Manu, reconocida por la UNESCO, abarca 1.881.200 hectáreas en las provincias de Paucartambo, Cuzco, y Manu, Madre de Dios, para su conservación. Delimitó sus límites aplicando el principio de límites naturales y afirmando el dominio sobre la cuenca hidrográfica. El límite del parque con el río Manu se detuvo en la confluencia del río Panagua debido a la exploración petrolera activa, lo que afectó su extensión.
Importancia del turismo
El Parque Nacional del Manu es vital, ya que ofrece empleo y beneficios económicos, y fomenta el crecimiento de la comunidad a través de medios directos e indirectos para la sostenibilidad.
Actividades del parque: acampada en la cuenca baja del río Manu, que cuenta con cinco zonas para una experiencia inmersiva al aire libre rodeado de naturaleza.
Los visitantes pueden explorar tres miradores o «espigones», una torre de metal de dieciocho metros de altura en Cocha Otorongo, que ofrece una vista panorámica del vasto paisaje verde del parque. El senderismo, la navegación fluvial y la observación de aves también son actividades populares. La Ruta del Manu es famosa por su amplia variedad de especies de aves.
El turismo en el Parque Nacional del Manu gira en torno a la naturaleza, donde los turistas se sumergen en el entorno natural y las culturas locales. La motivación surge de la diversidad de flora y fauna presente. El turismo de desarrollo sostenible busca un equilibrio entre la conservación de la biodiversidad y el bienestar de la población local. El cuidado del parque se rige por una política ambiental, que exige que tanto la comunidad como los visitantes sean conscientes del medio ambiente.
Anualmente, el Parque Nacional del Manu atrae aproximadamente a 2500 turistas, de los cuales el 85% son extranjeros. Esto se debe al carácter especializado del turismo, que genera altos costos, según afirmó el titular del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), Pedro Gamboa.
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